1.27.2008

Monólogos de Michel Torino


Hay cosas que son así,son un círculo, van y vuelven y nunca pierden el gusto... van con esperanzas, con excitación,vuelven, la mayoría de las veces, sin reflejos de las esperanzas que fueron. El sueño da ansias que la realidad no refleja; los deseos son de a dos, de a muchos. Los míos son los tuyos, pero ustedes no los quieren como yo y cuando yo. Entonces el sueño construye y es el punto que une, en lo que desacordamos, pero al llegar a la otra orilla y pisar el desacuerdo... ¡pum!
Duele una caída, ayuda a levantar, duele no sentir el cariño de tu mirada en la que la devuelve.
El puente, a veces, encuentra la otra orilla firme, ¡va! Firme; la tierra a la que llega es como la tierra de donde salió, entonces el deseo deja de ser un parto de esperanza y crece, es hecho, es alegría.El puente ya pierde su función y es parte de un mismo territorio, de una tierra que es de todos, quiere hacer nacer lo mismo... Y ahí nace, y, por suerte, se reproduce con placer... Es difícil que los puentes se hagan tierra... solemos ser más puentes que tierras...
tie es empate, (r)ra es el dios sol, s es plural; lo que nos empata a todos es que nos ilumina el mismo sol...

1.25.2008

Sociedad, Pity y otras yerbas



Es normal que en algunos puede producir rechazo estos textos que hoy subo con formato de videoclip. Textos que no son míos, pero que deseo compartirlos, porque supe cantar uno de estos textos ríendome con amigos, y también supe rechazar a su autor. Pero sacandosé la careta y poniéndo la mirada crítica, de sociólogo podría ser, estos textos son para mí - y ya se lo dije a la rubia y al ruloso, que fueron quienes me hicieron aceptar este autor - una cuatrilogía interesante sobre nuestra sociedad. Por algo la cumbia rebota en toda las clases sociales, y el hip-hop hizo su entrada triunfante en los barrios donde la cumbia no es solo "la escucho para bailar".


El otro día leía la grilla de progrmas de la radio de Las Madres; la música propuesta: cumbia, hip-hop y folclore. Folclore, otro genéro que habla sobre la realidad y los gustos de casi todo un país y que sin embargo es relegado, es música "de viejos".


Sin más preámbulos dejo que disfruten de estos videos, oficiales o caseros.
Después, tomamos mates y leemos a Martín Barbero*.


(No quería subir los videos al blog. Click derecho "Abrir en una ventana nueva". Disculpas)

http://es.youtube.com/watch?v=TruZcpYy3YU

http://es.youtube.com/watch?v=iYd7g6fvAD0

http://es.youtube.com/watch?v=xStLJypKQWw

http://es.youtube.com/watch?v=Q15fAMgTYqI

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*[…] el consumo no es sólo reproducción de fuerzas, sino también producción de sentidos: lugar de una lucha que no se agota en la posesión de los objetos, pues pasa aún más decisivamente por los usos que les dan forma social y en los que se inscriben demandas y dispositivos de acción que provienen de diferentes competencias culturales ( Martín Barbero, "La Telenovela en Colombia: Televisión, melodrama y vida cotidiana", pág 231, 1987)

1.14.2008


Tan dulce, tan suave,
¿cuál es la palabra?
si mis dedos, mis labios, se pierden en tu piel..
si cuando quiero demostrarte todo lo que estoy sintiendo...
lo que siento es que se me escapa el alma..
se escapa por la parte de mi cuerpo que hoy,
tuvo la suerte de empezar a disfrutarte.

¿Cuál es la palabra?
¿Cuál es el signo?
¿Es un idioma que desconosco?
¿En do, en fa, en re, en qué?
¿Hay algo que lo materialise?

Quizá si hubiera algún instrumento que pudiera descifrar
lo liviano que se torna el aire cuando somos
(dicen que el aire caliente es más liviano).

Quizá, ese instrumento, podría dilucidar el qué,
el cómo, el por qué de lo que me pasa
¿Pero si lo siento? Realmente ¿podría expresar eso que siento?
Si ese instrumento fuera la manera... También fracasaría.

Debería ponerme a estudiar las distintas mediciones
y sería entretenida la primer parte, la de experimentar, la de jugar con vos
para que quede registrada la paradoja de desaparecer del mundo material desde lo material.

Pero fracasaría, porque nunca dejaría de investigar y no me sentaría a estudiar.

Ahí está la respuesta , no me interesa cómo simbolizarlo, no quiero transmitírselo a nadie, lo disfruto demasiado.
Lo que no me deja tranquilo es si vos te llegas a fundir conmigo,
porque es verdad que existe el cansancio, que hay que ir a trabajar, a estudiar
saludar a los parientes, a los vecinos, ser un ciudadano digno y de elevada moral,
pero ni un solo momento en el que me mimetizo en lo civilizado
puedo olvidarme que lo hago para fundirme en vos.

Y esa es mi duda, ¿si sintieras éso? (que por suerte no se explica)
¿Podrías decir NO?

1.03.2008

Artificios o jugarse a fuego


En los últimos pasos sobre el piso sucio del tren, últimos pasos en su lugar de trabajo sucio, trabajo "en negro" que para algunas gentes de por aquí parece tener un meta significado, aparte del obvio que se desprende de su antítesis simbólica: el blanco es bueno, es limpio. En esos pasos ya agobiados, difíciles porque los ojos se le van rindiendo al cansancio y al alcohol, que parece fortalecerlo y a la vez, lo pone en evidencia torciéndole la boca que se pone arisca y no deja que la modulen fácilmente. En esos pasos, frena; y enfrenta a quien puede ser el último cliente del día para vender una billetera; buscando, paradójicamente, llenar la propia.
El cliente levanta la cabeza, la perfila hacia el rostro del vendedor, le fija los ojos, mueve la cabeza negando al mismo tiempo que levanta el brazo y el pulgar, sin duda, parece que un: No, gracias; podría haber sido más útil. Pero el cliente no buscaba utilidad, no le interesaba la relación en la que lo ubicaba por lógica esta sociedad e intentaba romperla con un gesto más humano, menos comercial, menos no de este mundo sino de este momento histórico.
El hombre del caminar difícil, ese hombre que para muchos es un "buen hombre" un tipo "humilde pero honrado", porque en lugar de tener un "plan" sale a trabajar, y depués, bueno, que se arregle como cualquier tipo honrado que "si trabaja en este país no es pobre". "Cada uno su quintita", se escucha otras veces; "el que no se construyó una casa entre 1978 y 1983 es, por lo menos, un tonto, porque había plata (dulce) por todos lados", dijo un hombre hoy en la fila del colectivo, sin tener en cuenta que algunos "tontos" quisieron construir algo más que una casa, que "su quintita".
En el tren, el "vendedor" entendió la intención de quien para él no podía dejar de ser un cliente, quizás uno solidario, pero cliente al fin y lanzó en voz alta y no clara: "El fuego no se quema. Hay que poner las manos sobre el fuego, para darse cuenta de que somos combustibles".