4.29.2009

Sé que te lo tenía que haber dicho antes, pero no me animé... O sea, a los 12 años, cuando estábamos en la primaria, pensaba que las únicas mujeres con las que en algún momento iba a estar teniendo relaciones eran minas como las de las revistas. Con las que realmente la piel es lo de menos, excepto un tapado de piel, un abrigo caro, eso quiero decir... Entonces, a vos no te dedicaba tiempo en el baño o en la ducha, sino tiempo por la ventanilla del colectivo, tiempo por la ventana de mi pieza, miradas hacia adelante. Ibas a ser la mujer de mi vida. Un mes después, en una clase de gimnasia, gracias a la ventana del patio cubierto que habíamos roto jugando un fútbol en un recreo, un rayo de sol, de esos cálidos de las diez de la mañana, me borró la inocencia. Cuando te arqueaste para pegar un remate en la hora de voley, que yo miraba aburrido de la clase de matemática por la ventana del curso...La linita de luz, ése rayo, te dividió en dos meridianos la parte baja de la cintura, descubierta por la remera por el impulso del salto, con la sombra del huequito que se te hacia en la espalda, ahí donde el tiro bajo del pantalón hipnotiza los ojos de cualquier pibe de la edad que tenía yo...


- ¿Julián?¿Sos vos?

Para, para. Te decía que desde ese día, me partía la cabeza, las manos, las vestiduras, pensando en cómo tenía que hacer para acercarme a vos... Primera etapa:regalos, detalles, caramelos, sonrisas, pero no servía o yo no me daba cuenta.Tus gracias me sonaban a "pobre boludo y yo todos los sábados de joda con los pibes de quinto año".Segunda etapa: indiferencia, gastadas,ninguneo. Pero me tomaste bronca, al menos, eso había pensando y me puse a salir con Marisa, hasta los 18. Claro, con ella aprendí de las delicias de las mujeres y las de las revistas, allá ellas. Pero en el cumpleaños del Flaco Uturría, tres años después de haber egresado,... La puta madre...Cómo te ibas a irte diciéndome: "Ja, pensaste que te odiaba..." y de la mano del pelotudo de Galeri.

-¿Julián, qué te paso? ¿Querés que nos juntemos a tomar algo?

Hola Julia, sí soy yo. No. Deja, deja... El tema es que vos para mí fuiste un sentimiento tan profundo...A ver...No,no, no se explica...No es que no puedo, sino que no se explica... Pero, para. No te creas que es una llamada de perdedor, una llamada de gil que se arrepiente... Te llamo para agradacerte. Aunque claro es un poco vil de mi parte darte las gracias por un don genético. Pero, en fin, todas las mujeres lo tienen. Algunas más otras menos.

- ¿Estás drogado? ¿Te peleaste con tu novia?

Hola, hola, Julia... No, no...No sé cuánto tiempo me dan acá... El tema es que vos tenés que saber... Qué sé yo cómo explicarte... A veces son los ojos, a veces esas marcas naturales en la zona de la ingle, en el quiebre donde la espalda empieza a justificar la rompa interior... La misma ropa interior ¡Claro! De algodón por qué no. Y también el día en que descubrís dónde se les hace el pocito cuando se ríen... Qué sé yo... Te parece una boludes, pero no me quería ir sin decirte que vos fuiste mi primera vez con la belleza... Que no haya podido acariciarte ni besarte ni nada es una lástima, o peor, culpa mía, de boludo, de desconfiado, de pensar que son inalcanzables hasta que nos meten un cachetazo y nos dicen: !Ey gil, dale! Y vos me lo dijiste cuando te ibas de la mano del forro de Galeri...

-Julián, es tarde... ¿A dónde te vas?
¿Eso me querés decir? Perdón, pero no te voy a ir a correr. Vos siempre supiste donde encontrarme.

Menos mal que acá yo no se siente nada, no lloró, no me caliento...

- Ahí dónde, loco...

Me dieron una sola llamada para hacer.. Hoy el 230 me pasó por encima, venía lleno. No pudo parar. Con el tubaso me quería asegurar de que al menos una mujer supiera que la hermosura está abajo y que nadie se los va a poder decir, porqué no se explica, se siente y cualquier intento de decirlo va a ser grosero, hasta el más poético, hasta este intento desesperado. Encima ustedes se flagelan tanto que...

- ¿Julián?¿Julián? Sí, claaaaro... No me dio bola nunca y ahora soy la más linda del mundo, la del llamado celestial. Qué piropo pedorro... Este boludo no cambia más.