
- ¡Hi-jo-de-puu-uuuta! ¿Cómo estás?
- ¡Qué hacés querido!
- ¡Taa-aanto tiem-po!
- La verdad, que sí. No me acuerdo cuando cruzamos la última llamada.
- Y bueno, pero es así ¿No?. Tantas cosas, tantos problemas, uno no tiene tiempo para llamar.
- Sí, puede ser. La amistad es así: tiempo más ganas ¿No?.
- Más fútbol, para nosotros.
- ¡Cómo nos cago el viejo ése cuando aumentó el precio de la cancha!
- Pero me crucé a Rusan y me contó que volvieron a jugar. En las canchitas de General Maldonado, ahora.
- ¡Ah! ¡Sabías! Sí, sí... pero vos estabas lesionado...
- No expliques, no expliques... Yo también me colgué un poquito. Estaba enojado, la verdad.
- Por lo de....
- Sí,sí... Una boludez, pero...
- Tenés un poco de razón.
- Ta´bien, ya fue ¿Nadia?
- Bien, bien.
- ¿Los chicos?
- Bien, bien ¿Los tuyos?
- Creciendo. Linda etapa: colegio, primeros amores, fútbol el lunes, el martes, el jueves, el fin de semana.Muchos amigos.
- No lo dudo ¿Te vas a venir a tirar una paredes el viernes, entonces?
- ¿A las canchitas de General Maldonado? ¿Te parece?
- Sí, sí ¿Por qué no? ¿Decís que la zurda ya no es lo que era?
- Y... Todo cambia ¿No?
- Jejeje... Sí. O tiene sus ciclos al menos...
- ¡Te recibiste en Economía, al final!
- Jejeje... Sí, sí. Hicimos una fiesta grosa con los muchachos. Hace 10 años, ya...
- ¡La puta madre! Alguna pared vamos a tirar el viernes. Hay que empezar de cero, otra vez... Pasame tu número y el de la banda. Aguantá que los anoto así no los pierdo.
- ¿Los números de teléfono se desintegrarán con el tiempo?