3.30.2009


- Nunca más.
- ¿Pero qué te pasa, otra vez? Te llamó para ver cómo estás y ya te haces el zurdito. Cuando te haces el zurdito me saco.
- Calmate. Nunca más me voy a la costa en esta fecha, éso quise decir.
- Bueno, acá estamos con los pies en el mar... ¡Un día hermoso! Muy tranquilo, no hay nadie.
- Acá son cuadras de gente, estamos con los pies en la tierra y hay un bochinche hermoso. Pero dicen que el silencio es salud ¿No?
- (...) No somos tontos sabés. En aquel momento tampoco lo éramos, pero nadie sabía nada. Y fue un horror, claro que lo fue. Pero ¿Qué querés? Yo trabajaba todo el día y , por eso, te di la educación por la que vos, hoy, me críticas.
- Pero hace mucho que sabés y no parece que te importe. No estamos hablando de superhéroes, hablamos de gente que se acercaba a un barrio, protestaba por un boleto, estudiaba. Pero seguís sin hacerlo.
- No sé para qué te llamo.
- No sé para qué me quejó. Capaz estoy acá, sólo porque no puedo creer que a vos no te sensibilice, que no te tire, al menos, caminar un día.
El recuerdo lo partía en dos. Sentado frente a ésa máquina, petrificado por la rutina desearía tener los pies en el mar.
¿Cuántas líneas? ¿cuánta plata? ¿cuántas líneas? Santiago no se equivoca. Se rinde y trata de escapar de la mecanización de la burocracia que penetra los huesos, encuentra las dendritas (itas, sí: chiquitas pero te hacen caer pesado igual) subiendo por las redes nervíosas hasta el escondite secreto de las ideas para pulverizarlas.
Era una roca, una roca fría, como con los pies en el mar. Su pesadilla. Una gota fría le corría por la nuca...Una esperanza. 4:30. Faltan tres horas para que suene el despertador. Todavía es jóven y la rutina no es excusa de criptonita. La charla fue la tarde anterior o quizá la imaginó. Cuando salga el sol va a destaparse, otra vez, y hacer algo para destrozar el miedo que paraliza.

1 comentario:

Nicolás S. dijo...

Cual madre en un acto de su hijo en el colegio, me paro y aplaudo fuerte y con mucho ruido. Las lágrimas en los ojos las dejamos para otro momento.

Abrazo!